miércoles, 18 de junio de 2014

Dowland y la melancolía.


"Melancolía".

Los antiguos creían que el temperamento de las personas dependía de las secreciones, o sea, de los humores segregados por el organismo, de los cuales cada persona tenía uno predominante. Así, aquellos en los que predominaba la bilis negra, que los griegos llamaban melán kholé, eran propensos a la depresión, un estado de ánimo que se llamó melancolía o humor melancólico.

El vocablo griego kholé "bilis" está presente en nuestro idioma en algunas palabras del lenguaje médico, tales como colecistitis y coledoco. Y la palabra mela "negro/a" en tecnicismos médicos como melanina, melanoma o melanuria.

Uno de mi autores favoritos es el inglés John Dowland (1562-1626). Su obra no es extensa pero sí de una gran calidad. La melancolía y el dolor eran lugares comunes en el período isabelino, en las expresiones artísticas del momento. Igualmente, esta temática esta más que presente en la mayoría de la obra de Dowland, no en vano dio a una de sus pavanas el título de “Semper Dowland, Semper Dolens” y firmó personalmente: “Jo: dolandi de lacrimae”.  

En la grabación, la pieza titulada "Mellancholy Galliard".
 
 
Melancolía. 1801. Constanze Marie Charpentier.
Óleo sobre lienzo.
Museo di Picardio, Amiens.
 

lunes, 9 de junio de 2014

Pavana. Francisco Tárrega.

 
Una grabación de las primeras que hice para la revista Acordes: el preludio "Lágrima" de Francisco Tárrega, en un estilo a medio camino entre la música de salón y las piezas íntimas del Romanticismo. Una sencilla pero mágica música que probablemente el maestro interpretara en aquellas exclusivas reuniones-concierto que convocaban en casa de Tárrega a un selecto grupo de alumnos, amigos y admiradores, en un ambiente casi místico y de reverencia a uno de los nombres ilustres de la historia de nuestro instrumento.