En 1674, Gaspar Sanz escribía sobre la guitarra: “Ni es perfecta, ni imperfecta, sino como tu
la hizieres, pues la falta é perfeccion está en quien la tañe, y no en ella”.
Nos detendremos en nuestro viaje del día 27
en la música del genio calandino, escrita para guitarra de cinco órdenes,
instrumento de origen popular (“en mi
aposento una guitarrilla tomo, que como barbero templo y como bárbaro toco”,
dice la coplilla de Góngora) que, poco a poco, fue convirtiéndose en
instrumento culto cuando se unieron los estilos rasgueado y punteado dando
lugar al estilo mixto.