Llegó la semana de mi colaboración con Garaikideak dentro del ciclo Mapas sonoros. Este viernes y también el sábado ofreceré un monográfico sobre Bach, en la semana en la que lamentamos el fallecimiento de uno de los que mejor lo entendieron e interpretaron: Nikolaus Harnoncourt. En recuerdo de Harnoncourt, el incansable investigador del "sonido auténtico", del irrepetible Juan Sebastián Bach y del genial Oteiza, pondré los cinco sentidos en honrar su memoria buscando el sonido adecuado para cada instante, en una situación de respeto y admiración a los grandes nombres del pasado, pues tocaré precisamente en el lugar en el que se encuentra la obra que Oteiza dedicó al compositor de Eisenach.
Según Joseba Torre, compositor y coordinador del ciclo, "esta
segunda edición de Cartografías nace con ansias de libertad y eclecticismo.
Parte de nuestros maestros, nuestra cultura, los relaciona con su entorno,
profundiza en los mapas sonoros del siglo XX y se adentra en territorios
inexplorados propuestos por las nuevas generaciones. Porque nace de la voluntad
de diálogo entre autores del siglo XX y contemporáneos con una creación
artística arraigada en la tradición y una reflexión teórica nacida de la
comunidad académica. Es por ello que esta edición de Cartografías tiene un
triple objetivo: rendir homenaje a nuestros artistas internacionales y a los
creadores y agrupaciones locales de mayor prestigio; recorrer los territorios
artísticos que acompañaron la eclosión pictórica de las vanguardias del siglo
XX, donde el permanente ensayo e investigación de nuevas formas nunca olvidó la
referencia a sus orígenes; así como ofrecer un foro de reflexión y ensayo para
las nuevas generaciones en busca de propuestas artísticas de todo tipo.
Libertad, eclecticismo, territorios inexplorados, universo, tradición, siglo
XX, actualidad, re- flexión..., palabras citadas que encierran toda una
declaración de intenciones resumidas en una sola: transversalidad".
Aquí, el programa, en el que está incluido este preludio BWV 1007 perteneciente a la primera de las suites para chelo.
La música no se oye; se ve.
Jorge Oteiza.